miércoles, 13 de febrero de 2008

En Busqueda del mi enamorado y la muerte!!!

Como para explicar a que refiero con el titulo... Las personas por lo general preguntan ¿cual es tu hombre ideal?, es una pregunta dificil de contespar porque se espera una respuesta con descripcion extensa.
¿Como puedo explicar que solo necesito a mi "enamorado y la muerte"?
A los 14 años, estudiando Lengua en la secundaria, conoci el poema "Romance del enamorado y la muerte" ( autor: anónimo) ... apenas lo termine de leer entendi que eso es lo que necesito:
"Un muchacho que me dedique su ultimo pensamiento ( no quiero ser la dueña de su mente ni memoria... solo me gustaria es que el ultimo rostro que recuerde sea el mio)".
No pido que sea millonario... ni exitoso... ni un experto en el arte del AMOR; solo quiero a una persona... a la que pueda ver a los ojos y diga que "mi ultimo pensamiento sera para el" aunque nose si a él se le cruce lo mismo por la mente.
Es raro cuando algo tan simple... es tan dificil de explicar
Y para que vean de lo que hablo:
ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE
Un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía,

soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;

ya se va para la calle, en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!

—¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; la muerte que allí venía:

—Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.